martes, 30 de diciembre de 2008

Escuela y Familia ¿aliados o enemigos?


En próximos artículos hablaré de los Programas Escuela y Familia que existen en distintas zonas. En este caso, la más cercana, es la de la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias. Pero, también existen otras experiencias sobre ese tema, por ejemplo, en América Latina.
En este momento, me gustaría tratar de un tema que llevo trabajando hace bastantes años. Se trata de una experiencia de Escuelas de Padres y Madres. Se inició a partir de una maestra de primaria, directora de un colegio público. Comenzó junto a una pareja de amigos, profesores también, a trabajar sobre la coescucha. Aplicando la coescucha a la escuela se podría cambiar muchas cosas. Entre ellas, las relaciones entre padres-madres y profesores-as. La visión es la siguiente: tanto padres-madres como profesores-as están dentro de una organización que oprime, que les aboca a estar enfrentados por la forma de relacionarse con los niños-as, unos como progenitores y otros como sus educadores. Ante esta situación, en la que hay que darse cuenta de cómo estamos, surgen problemas y relaciones conflictivas, que se podrían solucionar, en parte, si supiéramos escucharnos unos a otros.
Bien, utilizando una de las técnicas de grupo, como grupo de apoyo, me monté en mi Instituto de Secundaria una Escuela de Padres y Madres: "Escuela de Padres y Madres 'cambiando la escuela'". Puse por escrito una serie de objetivos y medios, se los propuse a la dirección del centro, al APA y al resto del profesorado. Y manos a la obra. Para abreviarles, les diré que fue muy duro el comienzo, pues mis compañeros-as no me apoyaban, sino que incluso llegaron a decir que era una locura del profesor de...
Al final, del medio centenar de padres y madres que aparecieron el primer día, se quedó un grupo de unos quince. Después de explicarles como funcionaríamos, hicimos la técnica del grupo de apoyo. Los temas escogidos fueron los siguientes: "CÓMO MOTIVAR A NUESTROS HIJOS PARA QUE ESTUDIEN Y VENGAN AL CENTRO" y "CÓMO HABLAR DE LA DROGA CON TUS HIJOS”. Cada grupo trabajó en solitario y al final se resumió lo que se trabajó (qué veremos en el siguiente artículo).

lunes, 29 de diciembre de 2008

La Solución son las Palabras

Este es el trabajo realizado por un grupo de alumnos de un instituto de Secundaria para un concurso religioso escolar. En él poidemos ver como los alumnos también están en contra de la violencia y los malos tratos en las escuelas e institutos. Una de las cosas más importantes para que un centro escolar sea una comunidad de aprendizaje es que se den las condiciones adecuadas para llegar a aprender. Cuando un alumno o alumna, es maltratado por sus iguales, como es este caso, se convierte en una persona que no puede estar motivada para estudiar, pero aún así, el problema es que no podrá aprender aunque quiera. Hace falta que las condiciones del clima escolar cambien positivamente para que se dé una motivación extra para estudiar.

En toda comunidad es necesario CONVIVIR



jueves, 25 de diciembre de 2008

¿Centros escolares como comunidades de aprendizaje?

A la hora de plantearnos esta etapa del trabajo sobre los centros escolares como comunidades de aprendizaje, queremos hacerlo preguntándonos primero qué es una comunidad. Luego continuaremos por preguntarnos qué es el aprendizaje, para posteriormente, concluir sobre qué es una comunidad de aprendizaje. Además, en una comunidad siempre intervienen distintas personas o grupos: padres, alumnos, profesores, personal de administración y servicios, etc.

Empecemos por saber qué es una comunidad.

En el Diccionario de la Lengua Española, edición vigésimo segunda, de la Real Academia Española de la Lengua, se define la palabra “comunidad” en su sexta acepción como: “6. f. Junta o congregación de personas que viven unidas bajo ciertas constituciones y reglas, como los conventos, colegios, etc.”

De aquí deducimos que nombrar a un centro escolar como “comunidad” supone que ese conjunto de personas que participan unidas dentro de un espacio común en el cuál hay una serie de normas que se dan a sí mismos para progresar y convivir.

Pero el siguiente paso es preguntarse qué es el aprendizaje.

La palabra aprendizaje deriva del latín (De aprendiz). Y en nuestro Diccionario de la Lengua Española (20º edición) nos dan tres acepciones:

1. m. Acción y efecto de aprender algún arte, oficio u otra cosa.

2. m. Tiempo que en ello se emplea.

3. m. Psicol. Adquisición por la práctica de una conducta duradera.

Nos está dando la clave del aprendizaje: aprender algo, durante un tiempo determinado, y que su práctica lleva a una conducta duradera. El alumnado que aprende, (porque hay alumnado que no “aprende” en la escuela) lo debe hacer durante un tiempo definido y además, debe durarle toda la vida, o por lo menos, durante un tiempo considerable debe tener esa práctica de la conducta aprendida.

¿Pero qué pasa al juntar los dos términos? ¿Qué puede salir de ahí? ¿Qué es una comunidad de aprendizaje? Mi propia definición sería un conjunto de personas que participan unidas dentro de un espacio común en el cuál hay una serie de normas que se dan a sí mismos para aprender unas de otras de forma continuada.

Una comunidad de aprendizaje tiene que tener claro que su objetivo es aprender. En ella aprenden todos: alumnos de profesores, profesores de alumnos, y profesores de profesores. También en esa comunidad hay padres y madres de los alumnos. Ellos deben colaborar en ese aprendizaje. ¿Por qué ellos no van a aprender y a enseñar? Las familias pueden ser instrumentos de aprendizaje para todos, pueden colaborar con su sabiduría a que los demás aprendan eso que les falta y las familias pueden dar. Otro elemento importante, aunque esté más externamente al centro, es el entorno: el barrio, la ciudad, el municipio, la isla, la comunidad autónoma, etc.

Como vemos, hay muchos ingredientes para el potaje. Solo falta que a la hora de guisarlo, no se nos estropee ningún ingrediente del mismo. Seguiremos con el tema.